¡No rumies ni con tu pasado ni tu futuro, mucho mejor TU PRESENTE!

Tu cerebro es una máquina muy poderosa que tiene la capacidad de generar de forma consciente e inconsciente una cantidad de pensamientos muy importante. Durante gran parte de tu vida hasta que llega este momentos y lees estas líneas crees a pies juntillas que tus pensamientos por el mero hecho de ser TUS PENSAMIENTOS le das credibilidad. Es cierto, una parte de tus pensamientos son ciertos, se basan en hechos y son incuestionables. Pero hay otra muy importante de ellos que se basan en meras percepciones, interpretaciones juicios, gustos …pura subjetividad. El problema no es que existan, que es inevitable de su presencia, y no tienen nada de inadecuado ni de peligroso pero el problema se presenta cuando te los crees mucho y  empiezan a cobrar un protagonismo excesivo en tu vida.

Nuestro cerebro está diseñado para estar todo el día parloteando. Es probable que no te des cuenta muchas veces, funcionas por el mundo en piloto automático. Pero que no te des cuenta de las cosas no significa que no estén ocurriendo cositas por tu cabeza o por tu cuerpo. Solo en ocasiones cuando tu nivel de pensamiento es tan frecuente e intenso que lleva aparejado un gran grado de malestar emocional quizá tomes conciencia que algo no anda bien.

Unas veces te encuentres en tu día, HOY, pero solo físicamente, ya que tu mente se encuentra en el PASADO, «rumiando» sobre aquel error que cometiste, porqué te dejó, lo solo que te sientes, aquel trabajo que no llegó, lo injusto de tu despido, de tu enfermedad o de la vida en general … ¡lo mal que te trata! Ya te habrás percatado que cuando «rumias» sobre tu pasado no es para rememorar los momentos agradables donde tú sonreías a la vida sino todo lo contrario, solo focalizas en aquellos pensamiento selectivos que te recuerdan lo mal que te va y lo poco que te quieren.  No hace falta ser psicólogo para imaginar que la montaña rusa de emociones que te arollarán serán del tipo tristeza, ansiedad y por qué no quizá también enfado. ¡La gran triada!

Llegados a este punto, ¿crees que es posible estar conectado a ti y a tu PRESENTE cuando te embarcas en esas aventuras mentales? Es muy improbable que puedas percibir lo que realmente está ocurriendo en tu vida en ese instante … están ocurriendo muchas cosas pero sencillamente NO LAS VES.

Y que me cuentas cuando en vez de viajar al PASADO, viajas al FUTURO? Ja … llegaron nuestras «amigas» las preocupaciones. Sacas la bolita mágica y tratas de anticipar tu futuro al presente tratando de imaginar todo tipo de escenarios posibles. ¿Y si no me caso? ¿Y si no llego a final de mes? ¿Y si me deja mi marido? ¿Y si no tengo hijos? ¿Y si me equivoco? ¿Y si se ríen de mi? ¿Y si no me contratan? ¿Y si no me dan la hipoteca? ¿Y si …? ¿Y si…? Y así hasta el infinito … ¿te suena de algo? Y cuando estás rumiando con tu futuro ¿cual es la querida emoción que asoma por la puerta? Pues esa … nuestra querida ansiedad. La pobre tiene muy mal prensa pero cumple un papel imprescindible en nuestras vidas. Si quieres aprovechar la ocasión y conocer la otra cara de ansiedad haz click aquí

Conectar puntualmente con el pasado para aprender y seguir avanzando puede ser provechoso pero solo temporalmente y por esa razón, no te aporta mucho más. Conectar con tu futuro puntualmente para planificar y organizar tu vida según tus valores y deseos  es saludable. Pero una cosa es definir más o menos la dirección de tu vida en líneas generales y otra es tratar de anticipar cada paso que das y así tenerlo todo bajo control, eso además de imposible es muy poco saludable ya que la ansiedad gobernará tu vida provocando altos niveles de malestar emocional.

¿Y qué opciones te quedan? ¿Que tal si intentas vivir en el PRESENTE? Ya lo sé … no es nada fácil. Te entiendo, a mi me pasa lo mismo que a ti. Tu cerebro como el mío aprovecha cualquier momento para rumiar alguna cosilla. El primer paso más importante para empezar a reducir ese nivel de rumiación, bien sea con tu pasado bien sea con tu futuro, es empezar a tomar conciencia. ¿Sencillo? No, pero con un poquito de práctica y algo de paciencia lograrás cambios.

¿Cómo puedes fortalecer esa toma de conciencia? Para que puedas ordenar mejor esos pensamientos, emociones y comportamientos te invito a:

  1. Registra en una libreta o en una app de tu móvil los pensamientos que te tienes viajando en el pasado o en el futuro. Es posible que gracias al registro te des cuenta que muchos de esos pensamientos son muy parecidos. Se repiten y se repiten.
  2. Registra cual es la emoción que acompaña a esos pensamientos. Es verdad que pueden existir algunos pensamientos que son neutros pero si «rumias» en el pasado o futuro es muy probable que muchos de ellos lleven carga emocional …¡conecta con tu emoción! Aunque esto a veces pueda suponer incrementar puntualmente tu malestar. Es un paso para poder ACEPTAR que algo te está pasando. «Hacer de avestruz» o sea evitar nuestro malestar no siempre es una buena estrategia.
  3. Registra que haces ante esa situación. Tomar conciencia de ello quizá te ayude a descubrir un patrón de comportamiento. No sé te das cuenta que cuando viajas al futuro y rumias sobre lo mucho que te preocupa el futuro en tu empresa estás sentado delante de la TV comiendo a dos manos después de haber atracado la nevera y la despensa. Y eso ocurre mínimo 2 o 3 veces a la semana ¡vaya que interesante …!.

Si empiezas a tomar conciencia de lo que piensas, cómo te sientes y que haces estarás empezando a coger cierta perspectiva. Es una manera de desactivar el piloto automático y empezar a ser TÚ quien gobiernes tu vida. El piloto automático no siempre nos dirige allí dónde más nos conviene. Nuestros viejos hábitos y patrones no son siempre los más útiles y saludables.  Tomar conciencia no es suficiente para que lleguen todos los cambios deseados pero si es el primer paso para poder empezar a construir un cambio.

¿Te atreves a vivir más en tu PRESENTE y viajar menos a tu PASADO y tu FUTURO?

 

 

 

 

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