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¡Cuidarte es una forma de seguir cuidando a los demás!

Podemos pasar por una mala temporada donde un amigo, pareja o familiar necesita de nuestra dedicación intensiva y nos volcamos física y emocionalmente a ayudarle. Si el problema tiene una corta duración puede que podamos cometer ciertos excesos, físicos o emocionales, y que la factura que paguemos no sea muy alta, y podamos seguir tirando con nuestras vidas y terminar recuperándonos.

Pero, ¿y si el problema se alarga en el tiempo como cuando un familiar enferma? ¿Cuánto tiempo crees que podemos aguantar cuidando solo a los otros sin atender nuestras necesidades?

Es probable que en algún momento nuestro cuerpo o mente nos diga … BASTA YA, no puedo más!.

Así es que cuando decides parar y seguir cuidándote es más probable que puedas sentirte mejor contigo misma y tu vida diaria, y desde ahí siempre es algo más “cómodo” afrontar las dificultades o el sufrimiento y poder seguir cuidando a los demás desde equilibrio interno y desde tu propio autocuidado.

Proporcionar nuestro apoyo y calidez cuando los demás sufren también es un forma de atendernos a nosotros, si esas personas son importantes para nosotras.  En definitiva estamos donde queremos estar … ahí aunque  nos haga sufrir pero también produce cierto nivel de satisfacción, paz o equilibrio.

¡Cada una que elija la palabra con la que se sienta identificada!.

 

Y tú ¿ cómo te sientes?

Me encantará escuchar tus comentarios.

¡Muchas gracias por compartir y feliz semana!

Necesito, necesito, necesito …¿seguro?

¡Semana nueva, imagen nueva! Es posible que en tu jerga cotidiana emplees expresiones en las que existe un gran nivel de «exigencia a la vida», a tu propia vida. Tienes una lista de «como debe ser la vida» o » qué necesito para ser feliz» . Los «necesito» son creencias irracionales y desadaptativas que te llevan a definir tu vida de una forma no siempre muy realista, bastante rígida, quizá con estándares exigentes, imposibles de cumplir en muchos caso e incluso innecesarios realmente para vivir.

Si lo piensas bien cuando expresas ….«lo necesito para vivir» implica que esto es imprescindible y si no lo tienes … tu vida se acaba. Pero esto solo ocurre en ciertas ocasiones:

  • Necesito comer ….
  • Necesito beber…
  • Necesito dormir …
  • Necesito evacuar… 

Estas son las únicas necesidades REALES que si o si necesitas para poder VIVIR y sin ellas tu vida se acaba. Literalmente.

Pero cuando expresas otros «necesito» realmente no son cuestión de vida o muerte, expresas deseos, anhelos, que son muy legítimos y por supuesto es importante que los tengas y expreses pero no los elevas a necesidades básicas y esenciales de la vida. Te pongo un ejemplo:

  • «Necesito tener pareja», ¿seguro?. Lo necesitas para vivir? No, para vivir no necesitas tener pareja. Si defines tener pareja como una «necesidad imprescindible» implicará emociones más intensas y en consecuencia actuarás como si fuera cuestión de vida o muerte y por tanto es probable que tomes decisiones precipitadas y no siempre acertadas. Si necesitas beber agua, no eres muy selectivo, bebes agua del grifo y no esperas beber agua con gas.  Pues es probable que con las parejas te pase algo parecido … cualquier pareja te puede parecer bien. O por el contrario si ni siquiera tienes pareja puedes caer en la tentación que tu vida es «horrible» o peor que «tú eres horrible» porque no tienes ese imprescindible. De esta manera te colocas a ti y a tu vida en el borde del abismo. Y esas situaciones son de muy difícil maneja e implican un gran sufrimiento.
  • «Me gustaría tener pareja»: es un deseo legítimo, maravilloso pero que en ningún caso lo elevas a prioridad número uno. Y aunque no tenerla te pueda producir cierto nivel de malestar emocional, cultivas otras áreas de tu vida sin hacer de este aspecto algo imprescindible.  Te alejas del borde del abismo.

Toma conciencia de tus «necesito» y reformula por «me gustaría», «prefiero», «deseo». Son demasiados los elementos de tu vida que no dependen de ti y no se cumplirán, así es que expresarlos de una forma más adaptativa  te permitirá soltarlos cuando estos no tengan lugar y continuar con el camino de tu vida.

¿Te atreves a intentarlo?

Feliz día,

Nayra

 

Las emociones no son ni positivas ni negativas sino agradables o desagradables

¡Semana nueva, imagen nueva! Como ser humano que eres experimentas emociones desde que llegaste al mundo. Naciste que con un repertorio de emociones básicas y universales que te han ayudado a desplegar tu vida a medida que has dado un pasito detrás de otro. Seguro que has experimentado muchas veces de tu vida la alegría, la felicidad, el amor o por contra te has topado si o si con tu querido miedo, el enfado, la tristeza, el asco o la sorpresa. Todas las emociones que te acabo de mencionar son emociones básicas y universales, es decir, todos los seres humanos que pisamos la faz de la tierra las experimentamos. Si quieres saber algo más a respecto, busca a Paul Ekman en internet o algún libro o estudio de investigación, son muy interesantes!.

Hasta aquí todo queda claro, eres humano y tienes emociones, ¿menudo descubrimiento Nayra, para eso escribes un post?. Bueno no eso exactamente lo que quiero transmitirte. ¡Son esenciales para que te puedas comunicar de forma saludable con tu entorno!. De ahí la relevancia de aprender a regularlas debidamente, que NO eliminarlas, que no es lo mismo. Si quieres saber un poco más sobre ello te invito que hagas click aquí.

Voy hacer una separación muy gruesa, muy poco precisa pero que se emplea de forma coloquial con bastante frecuencia, al menos lo que mi experiencia me indica en la consulta, emociones positivas y emociones negativas. ¿Te suena? He «gogleado» emociones positivas y negativas y me salen 19.100.000 resultados. ¡¡ WoW! Podríamos decir que esos términos están bastante extendidos y aceptados. Pero ahora llego yo me pongo a rizar un poquito el rizo.

Quizá si empleas «emoción positiva» no tenga ninguna trascendencia ….»mola». ¿Pero ocurre lo mismo cuando dices «emoción negativa»? ¿Te has parado a pensar cual es el sinónimo de la palabra negativo que tienes integrada en tu querido cerebro? He hecho una búsqueda de sinónimos de la palabra negativo y me sale lo siguiente:

Negativo es sinónimo a dañino, nocivo, perjudicial, pernicioso, adverso, contrario.

Así es que si en estos momentos cogemos esa expresión tan cotidiana de «emociones negativas» que son aquellas emociones que te disgustan te hacen sentir mal como es la tristeza, el miedo o la ansiedad, el enfado y un largo etc, y lo sustituimos por los sinónimos que tienes aprendidos en tu cerebro … estarías diciendo que la emoción de la tristeza, el miedo o la ansiedad, el enfado son dañinas, nocivas, perjudicionales , perniciosas, lo asocias a un peligro del cual quieres huir, sacudirtelo cuando antes. ¿Y eso es cierto? Querido amigo o amiga, NO, nuestras queridas emociones, todas absolutamente todas cumplen una función maravillosa en la vida aunque estas no  siempre te hagan sentir a las mil maravillas.

Es cierto que nadie se siente bien cuando está enfadado, cuando experimenta miedo o tiene una semana de tristeza pero es que no siempre podemos vivir en la euforia y en el mundo ajeno al sufrimiento, eso no es la vida, es lo que tu esperas de ella y que además nunca alcanzarás. Navegarás por periodos más turbulentos y por periodos más amables y tranquilos pero siempre con unas dosis mayor o menos de malestar. Pero ese malestar no es negativo es desagradable, ya que es probable que experimentar todas esas emociones tengan una función adaptativa en tu vida y te ayude a resolver los problemas que se presenten, a crecer y a seguir avanzando.

Cuando empleas  «emoción desagradable» es más probable que comiences por aceptar tu emoción, forma parte de la vida. Aceptar no significa que te tenga que gustar y hagas una fiesta cuando se presentan, pero le harás un espacio cuando se presente para poder regularla de forma saludable. Cuando empleas «emoción negativa» es más probable que luches contra ella, te resistas, incluso reniegues de ella.

Te invito pues a que a partir de ahora identifiques tus emociones como agradables y desagradables, aceptando la presencia de todas y cada una de ellas como parte de tu vida. ¿Te atreves?

 

 

¡Descubre cómo y con quién quieres bailar!

¡Semana nueva, imagen nueva! Ya sabes como va esto, todos los viernes comparto contigo una imagen diseñada por mi acompañada de una mini mini reflexión por si esto que comparto contigo pueda ayudarte en algo en esto momento de tu vida. Naces en una familia, en una ciudad de un determinado país, en un lugar del mundo. Todo ello se traduce en un infinito número de normas sociales, culturales, legales que van condicionando tu manera de ver el mundo. Esto no es ni bueno ni mal … es inevitable que ya que vives en sociedad y como miembro de la misma te ves influenciado por todo ello.

A medida que vas haciéndote adulto, ya incluso en tu etapa de adolescente, comienzas a revelarte con muchas de esas normas de lo «tiene que ser» o lo que escuchas que «se espera de ti». A lo mejor concuerda con tus valores y deseos de vida, en tal caso, es maravilloso. Cualquier manera que elijas si es coherente con con lo que tu sinceramente quieres, es muy licito y tu vida cobrará más sentido.

Pero aunque tu manera de vivir sea muy similar a aquella forma en la que te has educado, nacido y desarrollado es muy probable que como ser único y muy muy especial que eres, no coincida todo al 100%. Es difícil, al fin y al cabo tenemos maneras diferentes de percibir el mundo. Pero en ocasiones no te permites ni siquiera cuestionarte si esto que haces o de la manera en la que vives realmente es algo que tú deseas, que habla de ti o de tus valores, o simplemente los has aprendido y los repites sin más. Es probable pero que ni siquiera seas consciente en alguna de esas ocasiones que eso pertenece a tu entorno, a tu sociedad, a tu familia pero no tanto a ti. ¿Lo has pensado alguna vez?. Vivimos más en piloto automático de lo deseado así es que no te sorprendas tanto si descubres que algunas cosillas que llevas en la mochila no te «molan» tanto solo las has aprendido y valorado que «son así»«son los normal» (la frase estrella en mi despacho). Pero ni mucho menos, tan solo es a lo que estás acostumbrado.

Y en otras ocasiones todo es mucho más evidente ya que tú te sientes el «patito feo» de tu entorno, no terminas de encajar con aquello que se dice, que se busca, con ese estilo de vida, con esa manera de entender el mundo. No se si lo sabes pero te lo digo yo por si acaso … no eres el «patito feo», no eres el «rarito o la rarita» sino un ser muy especial con criterio propio que desea decir cómo y con quien bailar y no que le digan cómo hacerlo y mucho menos con quien. En ocasiones este tipo de decisiones implica tensiones y malestar con tu alrededor, sobre todo si tienes uno entorno familiar o de amigos poco flexibles.

Cierto definir la dirección de tu vida sin contar con el apoyo de los tuyos no siempre es cómodo pero al menos tú vivirás de forma coherente con tus valores y créeme que eso a largo plazo es gran fuente de bienestar emocional.

¿Y tú cómo y con quien quieres bailar? No olvides que tu vida es tu RESPONSABILIDAD. Y de momento solo sabemos que tenemos UNA. Tú decides cómo exprimirla.

¡Feliz día!

 

En junio…para, coge oxigeno y continúa

¡Semana nueva, imagen-reflexión nueva! Parece que me repito mucho pero claro … llega último viernes del mes y ya sabes que comparto contigo una fotico mía en un formato polaroid dentro del proyecto 12 meses 12 momentos, para que podamos, tú y yo, reflexionar sobre algo no muy complejo pero quizá puedas incorporar como mini herramienta a la mochila, justo en este instante de tu camino, de tu vida.

¿Cuantas veces avanzas sin parar con todas tus obligaciones, responsabilidades, sueños, deseos con todo junto pero también con todo el desgaste físico y mental que todo ello supone?. Muchas, muchas veces te habrás respondido diciendo que no tienes más remedio, que no te puedes permitir parar, que si no lo haces tú no lo hace nadie más. Y mientras más y más estrés cargas en tu mochila más sensación de no poder parar tienes y entras en modo bucle. Más carga, más estrés y con ello más desgaste físico y mental y en consecuencia más dificultad para poder abordar todos tus frentes.  ¿Te cuesta parar cuando te ves inmerso en esas situaciones? ¿Escuchas las señales que te manda tu cuerpo cuando estás sobrepasado? O por contra piensas : «Ya descansaré. Yo puedo con todo. No es para tanto. Otras veces he podido, esta vez no es diferente.» 

En la consulta me encuentro con mucha frecuencia personas que han ido asumiendo a sus espaldas muchas cargas profesionales, familiares y personales sin medir las consecuencias que esto está suponiendo a su equilibrio físico y emocional hasta que un día ya no pueden más y revientan… ¿como tú?.

¿Por qué no paras antes de explotar? No te conozco pero tengo claro que no eres masoquista así es que cuando te encuentras en estas situaciones lo más probable es que te has visto inmerso sin tener conciencia del camino al que te estaba llevando. ¿Qué se te ha pasado por alto?:

  • Tu cuerpo te ha dado señales física: a lo mejor algún dolor sospechoso, malestar de estomago, dolores de cabeza, dificultades para relajarte, problemas para dormir.
  • Tus emociones están como si fueran una montaña rusa: bien te sientes de bajón, sin energía para nada, llorando a la más mínima o bien irritable con el mundo entero. «Pagando» tu malestar con tu entorno más cercano.
  • Tu agenda está a tope obligaciones: no te cuestionas que tienes que bajar el ritmo, «es así».
  • Tu mente no está igual de despejada: estás agotado mentalmente. Te cuesta mucho mantener la concentración y atención de tus obligaciones así que lo que antes te podía suponer 1 hora de tiempo ahora te cuesta 3 o incluso empiezas a posponer hacer las cosas porque no tienes energía para ello. Lo cual implica una mayor dosis de estrés ya que la agenda no se aligera de ninguna manera.
  • Tus nuevas obligaciones: los demás siguen haciéndote peticiones y a ti te cuesta mucho decir NO. No quieres decepcionarles, es tu «obligación» cumplir  siempre con los demás, si no lo haces te sientes culpable.
  • Tus momentos agradables han desaparecido: con suerte en el pasado has tenido momentos en que te has dedicado tiempo a tus aficiones, a tus amistades a disfrutar de pequeñas actividades agradables. En el peor de los casos ni siquiera te acuerdas si alguna vez lo has hecho.
  • Tus familiares, amigos o pareja te dan toques de atención: tu entorno más cercano te dice lo que tú no ves. Te recomiendan que pares, que te cuides, que no te ve bien. Pero te cuesta escuchar e incluso te molesta que te lo digan.

¿Qué puedes hacer si te encuentras en esa situación?

  • Ya has explotado y te encuentras con dificultades para afrontar tu día a día, no entiendes bien que te ocurre, y llevas una temporada tratando de hacerlo por tu cuenta pero sin el resultado deseado, no dudes en buscar ayuda de un psicólogo. El camino en compañía siempre es más llevadero.
  • Todavía no has llegado al límite pero te has visto identificado en muchos de los puntos antes mencionados y acabas de tomar conciencia del camino que estás haciendo, es el momento de PARAR, y coger oxígeno. ¿Haciendo qué?:
    • Cuestiona la carga de tu agenda: ¿todo es urgente e importante? ¿seguro?.
    • Busca apoyo: no sé si tus circunstancias familiares o personales lo permiten pero trata de apoyarte en las personas que te quieren. No tires hacia delante tu solo, evita caer en la tentación de «soy autosuficiente». Compartir con los demás, aunque solo sea emocionalmente ayuda a aligerar la mochila. En ocasiones el apoyo también incluirá un psicólogo, ¿por qué no?.
    • Atrévete a decir que NO: es más fácil escribirlo que hacerlo, ¿verdad?. Si valoras que esto supone una gran dificultad en tu vida cotidiana e implica una gran nivel de malestar emocional, planteate la posibilidad de que un profesional te entrene a hacerlo. ¡Eso es lo mejor, que se aprende!.
    • Dedícate tiempo: es importante que reequilibres obligaciones para empezar a destinar tiempo de ocio con el que equilibrar tu vida y oxigenar cuerpo y mente.  La frecuencia con que lo hagas es esencial. Tú también eres importante y si tu cuerpo y mente están desgastados dificilmente podrás atender  las prioridades de tu agenda.

 

 

Por el bien de tu bienestar emocional y para mantener a raya a tu querido estrés diario es muy importante que encuentres tus propias herramientas para equilibrar la balanza de la vida, lo desagradable con lo más agradable de lo contrario una y otra vez te verás abocado al borde del precipicio. Así es que aprovecha el siguiente embiste para aprender a parar, coger oxígeno, soltar estrés y continuar tu caminito.

¡Feliz día!

Nayra

Llega el verano ..¡se avecinan los cambios!

¡Semana nueva, imagen-reflexión nueva! Llega el verano … la naturaleza es maravillosa y te recuerda constantemente que la vida está en permanente estado de cambio. Y con ello los árboles, las plantas y flores, los animales se adaptan a ese nuevo contexto con el que tendrán que convivir los próximos tres meses. ¡Pura adaptación al medio!. Y en cambio a nosotros, los humanos, nos cuesta un poquillo más que los cambios son inevitables. Quizá alguno dependa de ti, está en tu círculo de influencia. ¡De acuerdo! Pero si paras a pensar un instante muchos, muchísimos de los cambios a los que te ves sometido a diario no dependen de ti. Sencillamente ocurren.

Igual tú seas una de esas personas que no te gustan nada el verano y en breve comiences a focalizar en todos aquellos aspectos que «detestas» del verano.

  • Bufff qué calor hace. No me gusta el calor.
  • Bufff sudo mucho. Qué sudor más pegajoso.
  • Bufff no puedo dormir por la noche.
  • Bufff me no más cansado.
  • Bufff tengo que ir con la familia a la playa pero no me gusta.
  • Bufff tengo que pasar las vacaciones en el apartamento de la playa de mi …
  • Bufff no me puedo ir de vacaciones.

Y la lista de «bufff» puede ser interminable y generarte mucho malestar emocional.  Todo depende de ti y como trates de liadar con todo aquello que no vas a poder cambiar. Es verdad que pueden existir muchas cosas que no te gustan del verano pero ¿te has parado a pensar aquello que no te desagrada? ¿Seguro que no hay nada, absolutamente nada que no te guste del verano?. Por un momento deja a un lado tu malestar emocional y tu lista de bufff e intenta conectar con aquellos aspectos que te hacen sonreír… explora tu lista de «uhmmm»:

  • Uhmmm los días son más largos.
  • Uhmmm tengo jornada intensiva.
  • Uhmmm al salir del trabajo me tomo unas cervezas con los compis.
  • Uhmmm tengo más tiempo libre para disfrutar de mis aficiones.
  • Uhmmm hago más actividades al aire libre.
  • Uhmmm la fruta del verano es variada y refrescante.
  • Uhmmm como más helados.

¿Podrías seguir ampliando tu lista de «uhmmm»?. Seguro que si … para y explora. Y una vez que lo tengas más claro, procura dar espacio a todos esos «uhmmm» para poder mantener a raya los «bufff». De ti depende poder equilibrar esa balanza y tratar de sacar el máximo provecho que puedas a algo que no puedes cambiar y es que ahora es verano. Tu vida es tu responsabilidad, no lo olvides.

Flexibilizar y adaptarte a lo que no depende de ti te ayudará a aceptar de mejor grado aquello que te disgusta y en consecuencia destinar recursos a poder disfrutar de todo aquello que suman en tu vida.

¿Te atreves a aceptar los cambios? ¡Bienvenidos!

¡Feliz día y verano!

Nayra

 

«Celebra cada logro de tu vida, no es lo normal»

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! A buen seguro que a diario afrontas muchas obligaciones y responsabilidades en diferentes áreas de tu vida cotidiana, bien sea familia, pareja, trabajo. Estás dotado de una capacidad enorme para adquirir nuevos conocimientos y desarrollar habilidades. ¡No lo dudes! Y no te conozco pero a buen seguro que haces muchas cosas mejor que bien, otras quizá no tanto, regulín, regulín, y otras te cuestan más quizá porque no te has dado tiempo suficiente para adquirirla y de momento no la dominas y en otras porque quizá no esté dentro de las habilidades que como ser humano pueda desarrollar. No olvides que no somos perfectos y por tanto no podemos ni hacerlo todo ni hacerlo todo super. ¡Ni hace falta, que estrés!.

Así es que ya he establecido contigo lo que seguro, segurísimo si ocurre y es que como ser humano tienes un repertorio de cosas haces entre bien y bastante bien e incluso excelente bastante considerable. Pero lo que no tengo tan claro es cómo gestionas, reconoces y valoras todo eso que haces a diario. ¿Celebras tus logros cotidianos?.

Quizá el título del post te ha llevado en un inicio a conectar con LOGRO, palabras en mayúsculas, y por tanto reducir tus pensamientos a situaciones muy concretas de tu pasado o presente ya que asocias a grandes logros. Y ojo para el común de los mortales, tanto para ti como para mi, ese tipo de logros son contados con los dedos de una mano. Así es que imagina que vida más «desaboría» si solo celebramos esos momentos que son tan escasos. Buuuff nos podemos quedar esperando sentados, ¿no te parece?.

Yo te propongo algo más práctico y sobre todo saludable. ¿Qué tal si valoras otros aspectos rutinarios de tu vida que son importantes y esenciales y aprendes a reconocerlos y a celebrarlos? Vamos hacer un ejercicio juntos:

  1. Para y piensa: tómate unos instantes y repasa mentalmente un día cualquiera de tu vida y anota todo aquello que haces …. todo desde que suena el despertador.
  2. Coge lápiz y papel para ordenar las ideas: en la cabeza todo es mucho más rápido y en ocasiones confuso, escribirlo ayuda a coger algo de perspectiva y quizá empezar a darte cuenta de elementos nuevos y valiosos.
  3. Repite: realiza este ejercicio durante una semana para que te permita abarcar la totalidad de tu agenda y tomes más conciencia del valor de todo lo que haces. Aunque se repitan muchas de las cosas que hagas, ¡anótalas igualmente!. Por ejemplo, si preparas la cena todas las noches, escríbelo. Si vas al gimnasio dos veces en semana. Haz una fotografía de tu rutina.
  4. Reserva un espacio para ti: ahora es el momento de coger toda esa información y tratar de mirarla con otros ojos diferentes a los que hasta ahora ha sido tratada.
  5. Reflexiona y pregúntate: ahora elige una de los cosas que haces habitualmente y que podrías calificar como «es lo normal». Y pregúntate:
    • ¿Si no cumpliera con lo que hago que repercusión tendría en mi vida?.
    • ¿Tiene o no tiene valor lo que hago para poder cumplirlo?.¿Me esfuerzo para cumplirlo a pesar en ocasiones no me apetece?
    • O quizá no me cuesta hacerlo, me gusta y divierte y pongo en marcha mis habilidades obteniendo un grato resultado, ¿es el caso?. ¿Siento bienestar por aquello que hago?
    • ¿Aporta un beneficio en mi vida o en la vida de las personas que quiero?.

Si has llegado hasta aquí y encontrado muchas cosas que dan VALOR a tu vida que haces que aportan y a la vida de los demás entonces es el momento de la celebración. Cuando me refiero celebración no pretendo que hagas una fiesta por todo lo alto ni que lo publiques en el B.O.E, tan solo es suficiente que te lo reconozcas a ti personalmente. En esos casos, ¿cual es tu dialogo interno? ¿Qué cositas te dices? ¿«Es lo normal», o incluso sacas la lupa de aumento y revisas cómo lo podías haber hecho mejor?.

Es importante cultivar un dialogo interno saludable y enriquecedor. No hace falta que saques los globos de celebración cada vez que haces algo medianamente bien pero no estaría nada mal que interiormente te dirijas a ti de una forma más amable … en definitiva:

  • Toma conciencia: hasta ahora eso que hacías era invisible o mejor dicho «lo normal».
  • Valóralo: conecta con lo que te aporta a ti o lo demás o con tus habilidades para desarrollarlo.
  • Reconócelo verbalmente: expresalo con alguna palabra agradable y amable. Explora, cuando no estás habituado puede resultar extraño o incluso incómodo. Busca y práctica y después me cuentas si hacerlo ha producido algún efecto. Ojo, no esperes los grandes cambios. Insiste y practica. Es puro aprendizaje ¡ se paciente!.

 

Cultivar una manera amable de reconocer tus pequeños logros cotidianos contribuirá a tu bienestar emocional. Y ya sabes lo que te digo habitualmente, tu vida es TU RESPONSABILIDAD y tu bienestar emocional también. Así es que ¿te atreves a intentarlo?. Me encantará escuchar tus avances.

¡Feliz día!

Nayra

Aprendiendo a navegar en aguas turbulentas y a disfrutar en aguas mansas

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! No te conozco pero no es difícil imaginar que en tu vida habrás tenido temporadillas complicadas donde te habrá costado respirar y en vez de vivir plenamente, te dedicas a sobrevivir como puedes entre la olas, ¿verdad?. Si algo tenemos en común todos los seres humanos, es que todos absolutamente todos sufrimos, aunque es cierto que algunas personas tiene una dosis mayor de sufrimiento que otra. Está claro que a nadie le gusta sufrir, son momentos turbulentos donde cuesta navegar y mantenerse a flote. Pero forma parte de la vida, sin más. Nada tiene que ver con lo «injusta o mal que te trata la vida». Así es que aunque cueste reconocerlo, lo más recomendable es aceptar que esto como condición inherente a nuestra vida.

Como bien te he comentado muchas veces, la aceptación nada tiene que ver con la resignación, ¡al contrario!. Cuando aceptas navegar por aguas turbulentas dejas de resistirte y quejarte por ello, y pones toda tu atención y recursos personales para salir a flote. Coges el timón y vuelves a poner rumbo hasta que pase la tempestad procurando vivir en la medida de la posible durante la travesía.  Si además después de la tempestad eres capaz de aprender algo nuevo e incorporar alguna herramienta a tu mochila …¡sería genial!. Sacar lecciones o provecho de esas malas temporadas te facilitará encontrarle algún sentido y no solo como una camino tortuoso dónde la «vida te castiga». Esto también es vivir, vivir con plenitud y sabiduría.

Pero afortunadamente la tempestad no dura eternamente, como dice nuestro refranero español, después de la tempestad vuelve la calma…termina saliendo el sol. Es el momento de izar velas y de aprender a disfrutar de las aguas mansas. Parece «más fácil» que navegar entre aguas turbulentas pero en ocasiones la resaca que te deja la tempestad te impide conectarte con tu momento presente y saborear y valorar los aspectos amables y agradables que tiene navegar«en calma chicha». En ocasiones no te das ni cuenta que ha pasado la tempestad, ya que sigues con tu propia tempestad interna, corriendo por el mundo en piloto automático, dejando tu vida pasar. 

Así es que a modo de conclusión, VIVIR implica aprender a navegar durante toda la travesía que representa tu vida, tanto en aguas turbulentas haciendo frente a las dificultades y al sufrimiento que eso representa y al mismo tiempo aprendiendo a valorar y a conectar con tu vida presente pasito a pasito. En esto reside disfrutar de cierto equilibrio y bienestar emocional.

¿Te atreves a intentarlo?

¡Feliz día!

Nayra

 

¡Ya huele a primavera!

¡Semana nueva, imagen y mini reflexión nueva! Que te voy a decir  ¡la primavera ya está aquí!. El tiempo vuela literalmente y estrenamos estación. Se que esto de la estación es algo muy personal, va con las preferencias de cada persona. Hay quien le encanta el otoño o el invierno y hay quien se decanta por la primera o el verano. Todas las opciones son válidas. ¿Pero y por qué elegir o simplemente disfrutar de lo que cada estación te aporta?.

Como en todo en la vida, todos los momentos tienen una cara A más amable y quizás una cara B más desagradable. Me explico. Llega la primavera y quizá para los alérgicos como yo tiene algunos inconvenientes de adaptación así es que si opto por solo recordar lo malita que me pongo debido a los bichitos que me «atacan» lograré solo dos cosas:

  • Me irritaré debido a mi alergia. Pondré más atención en mi malestar físico y es muy probable que intensifique tanto mi sufrimiento emocional como mi dolor físico. Solo habrá cara B.
  • Perderé la oportunidad de centrar mi atención en otros aspectos de la primavera que si me gustan pero que mi malhumor no me permite conectar con ellos. No veo la cara A y creo que solo hay cara B.

Pero si por contra además de ser consciente de lo «bien» que me sienta la llegada de la primavera y la alergia, pongo el foco en otros aspectos maravillosos que me trae esta estación, la cara A de la primavera, quizá logre equilibrar algo más la balanza:

  • Los días son más largos por lo que me da opción a realizar más cosas agradables además de trabajar.
  • Las horas de luz me aportan energía extra así es que me siento más dinámica y activa sobre todo para hacer cosas en el exterior en contacto con la naturaleza. ¡Me recarga las pilas!.
  • La temperatura es más suave así que me invita a pasear más por la calle disfrutando del sol y del buen tiempo.
  • El buen tiempo me pone de buen humor. Estoy más abierta y sonriente.
  • Y podrían ser muuuuchos más …

¿Todos estos aspectos agradables harán que mi alergia no se manifieste estos próximos meses? Pues no, no tienen ese poder antialergico. Pero ser consciente de todos y cada uno de ellos y disfrutarlos me ayudará a equilibrar y gestionar las emociones desagradables que puedan aparecer como consecuencia de estar sufriendo un dolor físico real como en ocasiones puede ser la alergia. Incluso te diría en alguna ocasión cuando le malestar físico no es muy intenso la cara A de la primavera arrastra de forma poderosa y logra hacerme olvidar la alergia totalmente.

Y ahora te estarás pensando, ¿y que me importa a mi la primavera y la alergia de Nayra? Bueno me ha parecido una buena excusa para que pudieras reflexionar conmigo y ahora extrapola a otras muchas situaciones cotidianas que vives. Y que a priori a lo mejor son circunstancias incómodas, dolorosas, incluso desagradables.

  • Focalizar solo en la cara B, es decir, poner solo la atención sobre todo aquello que no quieres y evitas. ¿Te ayuda a gestionar?.
  • ¿Te has parado a pensar si existe la otra cara A de la que hablábamos antes?.
  • ¿Existe algún aspecto que quizá si lo tuvieras en cuenta pudiera ayudarte a gestionar y equilibrar esa balanza?.

En muchas ocasiones puedes confundir el objetivo. No siempre es muy realista que estar continuamente bien, y que todo te guste y que sea todo genial ¡no olvides que tú, si tú, eres humano! Todo no es cara A. Si focalizas solo en la cara B, esta puede arrastrarte y provocar más malestar emocional del deseable. Así es que en ocasiones la clave está en equilibrar la balanza para que te ayude a regular ese malestar emocional y logres alcanzar nuevamente cierto nivel de bienestar hasta el siguiente desequilibrio que irá acompañado de otro momento de reequilibrio. ¡Esa es la clave en muchos momentos cotidianos!. La vida es una sucesión constante de desequilibrios y equilibrios. La vida es una balanza por tanto sometida a constante cambio. No esperes que esta se comporte como algo estático e inamovible, generarás unas expectativas inalcanzables que te pueden hacer sufrir mucho.

¡Te invito a buscar la cara A para que te ayude a equilibrar la cara B de tu primavera! ¿Te atreves a internarlo?

¡Feliz semana!

Nayra

 

 

¡No rumies ni con tu pasado ni tu futuro, mucho mejor TU PRESENTE!

Tu cerebro es una máquina muy poderosa que tiene la capacidad de generar de forma consciente e inconsciente una cantidad de pensamientos muy importante. Durante gran parte de tu vida hasta que llega este momentos y lees estas líneas crees a pies juntillas que tus pensamientos por el mero hecho de ser TUS PENSAMIENTOS le das credibilidad. Es cierto, una parte de tus pensamientos son ciertos, se basan en hechos y son incuestionables. Pero hay otra muy importante de ellos que se basan en meras percepciones, interpretaciones juicios, gustos …pura subjetividad. El problema no es que existan, que es inevitable de su presencia, y no tienen nada de inadecuado ni de peligroso pero el problema se presenta cuando te los crees mucho y  empiezan a cobrar un protagonismo excesivo en tu vida.

Nuestro cerebro está diseñado para estar todo el día parloteando. Es probable que no te des cuenta muchas veces, funcionas por el mundo en piloto automático. Pero que no te des cuenta de las cosas no significa que no estén ocurriendo cositas por tu cabeza o por tu cuerpo. Solo en ocasiones cuando tu nivel de pensamiento es tan frecuente e intenso que lleva aparejado un gran grado de malestar emocional quizá tomes conciencia que algo no anda bien.

Unas veces te encuentres en tu día, HOY, pero solo físicamente, ya que tu mente se encuentra en el PASADO, «rumiando» sobre aquel error que cometiste, porqué te dejó, lo solo que te sientes, aquel trabajo que no llegó, lo injusto de tu despido, de tu enfermedad o de la vida en general … ¡lo mal que te trata! Ya te habrás percatado que cuando «rumias» sobre tu pasado no es para rememorar los momentos agradables donde tú sonreías a la vida sino todo lo contrario, solo focalizas en aquellos pensamiento selectivos que te recuerdan lo mal que te va y lo poco que te quieren.  No hace falta ser psicólogo para imaginar que la montaña rusa de emociones que te arollarán serán del tipo tristeza, ansiedad y por qué no quizá también enfado. ¡La gran triada!

Llegados a este punto, ¿crees que es posible estar conectado a ti y a tu PRESENTE cuando te embarcas en esas aventuras mentales? Es muy improbable que puedas percibir lo que realmente está ocurriendo en tu vida en ese instante … están ocurriendo muchas cosas pero sencillamente NO LAS VES.

Y que me cuentas cuando en vez de viajar al PASADO, viajas al FUTURO? Ja … llegaron nuestras «amigas» las preocupaciones. Sacas la bolita mágica y tratas de anticipar tu futuro al presente tratando de imaginar todo tipo de escenarios posibles. ¿Y si no me caso? ¿Y si no llego a final de mes? ¿Y si me deja mi marido? ¿Y si no tengo hijos? ¿Y si me equivoco? ¿Y si se ríen de mi? ¿Y si no me contratan? ¿Y si no me dan la hipoteca? ¿Y si …? ¿Y si…? Y así hasta el infinito … ¿te suena de algo? Y cuando estás rumiando con tu futuro ¿cual es la querida emoción que asoma por la puerta? Pues esa … nuestra querida ansiedad. La pobre tiene muy mal prensa pero cumple un papel imprescindible en nuestras vidas. Si quieres aprovechar la ocasión y conocer la otra cara de ansiedad haz click aquí

Conectar puntualmente con el pasado para aprender y seguir avanzando puede ser provechoso pero solo temporalmente y por esa razón, no te aporta mucho más. Conectar con tu futuro puntualmente para planificar y organizar tu vida según tus valores y deseos  es saludable. Pero una cosa es definir más o menos la dirección de tu vida en líneas generales y otra es tratar de anticipar cada paso que das y así tenerlo todo bajo control, eso además de imposible es muy poco saludable ya que la ansiedad gobernará tu vida provocando altos niveles de malestar emocional.

¿Y qué opciones te quedan? ¿Que tal si intentas vivir en el PRESENTE? Ya lo sé … no es nada fácil. Te entiendo, a mi me pasa lo mismo que a ti. Tu cerebro como el mío aprovecha cualquier momento para rumiar alguna cosilla. El primer paso más importante para empezar a reducir ese nivel de rumiación, bien sea con tu pasado bien sea con tu futuro, es empezar a tomar conciencia. ¿Sencillo? No, pero con un poquito de práctica y algo de paciencia lograrás cambios.

¿Cómo puedes fortalecer esa toma de conciencia? Para que puedas ordenar mejor esos pensamientos, emociones y comportamientos te invito a:

  1. Registra en una libreta o en una app de tu móvil los pensamientos que te tienes viajando en el pasado o en el futuro. Es posible que gracias al registro te des cuenta que muchos de esos pensamientos son muy parecidos. Se repiten y se repiten.
  2. Registra cual es la emoción que acompaña a esos pensamientos. Es verdad que pueden existir algunos pensamientos que son neutros pero si «rumias» en el pasado o futuro es muy probable que muchos de ellos lleven carga emocional …¡conecta con tu emoción! Aunque esto a veces pueda suponer incrementar puntualmente tu malestar. Es un paso para poder ACEPTAR que algo te está pasando. «Hacer de avestruz» o sea evitar nuestro malestar no siempre es una buena estrategia.
  3. Registra que haces ante esa situación. Tomar conciencia de ello quizá te ayude a descubrir un patrón de comportamiento. No sé te das cuenta que cuando viajas al futuro y rumias sobre lo mucho que te preocupa el futuro en tu empresa estás sentado delante de la TV comiendo a dos manos después de haber atracado la nevera y la despensa. Y eso ocurre mínimo 2 o 3 veces a la semana ¡vaya que interesante …!.

Si empiezas a tomar conciencia de lo que piensas, cómo te sientes y que haces estarás empezando a coger cierta perspectiva. Es una manera de desactivar el piloto automático y empezar a ser TÚ quien gobiernes tu vida. El piloto automático no siempre nos dirige allí dónde más nos conviene. Nuestros viejos hábitos y patrones no son siempre los más útiles y saludables.  Tomar conciencia no es suficiente para que lleguen todos los cambios deseados pero si es el primer paso para poder empezar a construir un cambio.

¿Te atreves a vivir más en tu PRESENTE y viajar menos a tu PASADO y tu FUTURO?

 

 

 

 

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