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En mayo…conecta con la naturaleza

¡Semana nueva, imagen reflexión nueva! Conoces mi pasión por la fotografía, soy una humilde aficionada que combina la fotografía con algún elemento o momento que valoro como relevante. Me sirve de vehículo para traerte y poner un punto de atención en ciertos aspectos que valoro como importantes y que aportan bienestar emocional. Y que por tanto, como responsable de tu propia vida y de tu bienestar emocional, quizá tengas que tener en cuenta para nutrir tu vida de forma diaria.  Así es que este mes de mayo te traigo otro 12 Meses 12 Momentos.  En esta ocasión pondré algo más de mi experiencia personal para escribir las líneas de este post. ¿Me acompañas unos segunditos  más y vemos de que va este mes?

Igual lo sabes o quizá no, yo soy canaria, de la isla de Gran Canaria, canariona. Una isleña muy orgullosa de su tierra aunque vivo desde hace años en Valencia, también junto al mar ( pequeño detalle que no es casual). Desde que tengo uso de razón, el mar está presente en muuuuchos de mis recuerdos. Las fotos de mi infancia están teñidas del azul del océano Atlántico, de la arena rubia de la playa de Puerto Rico y de un sol muy amable durante todo el año. Si soy feliz junto al mar, tanto en verano sintiendo el calorcito de la costa del Levante como en invierno con su intensa humedad, el mar siempre es mar. Pasear junto la orilla de mar me proporciona calma y equilibrio. Y observar el vaivén de las olas me ayuda a recordar que la vida está en constante estado de cambio … las cosas vienen y van, las agradables pero también las desagradables. Y como ser humano cambio, me transformo, aprendo, en definitiva, crezco.  Al fin y al cabo el ser humano es un ser vivo más de la naturaleza, ¿no crees?.

Durante muchos años no «eché mucha cuenta» a la montaña, a ese otro lado de la naturaleza viva. No sabría explicarte porqué. La única experiencia más relevante que tuve en el pasado eran las excursiones en el colegio y un profesor estupendo llamado D. Ángel que se esforzó durante años en que conociéramos la riqueza de la naturaleza autóctona canaria. Ahora como adulta guardo un maravilloso recuerdo de aquellas interminables caminatas, de aquellas charlas entorno a una «tabaiba» o pino canario. Sin saberlo, D. Angel puso una semillita que tardó en germinar pero que por fin brotó.

En el año 2007 sufrí un accidente de coche que supuso para mi un gran cambio en mi vida. Era la primera vez que sufría un contratiempo de salud de cierta entidad y que durante demasiado tiempo me impidió hacer la vida como estaba acostumbrada. Tuve dificultades para caminar y aquello me ayudó a darme cuenta de valor de la salud física pero también de la importancia que tenía la naturaleza en mi vida. Durante meses no pude acercarme a ver el mar ni la montaña y durante aquel tiempo de espera formulé unos cuantos deseos que poco a poco fui transformando en realidad:

  • Me prometí que en cuanto tuviera oportunidad de moverme, haría una visita mar. ¡Cuánta emoción aquel noviembre del 2007 cuando me reencontré con él!.
  • Me prometí que en cuanto pudiera volver a caminar y tener mayor y mejor movilidad haría el Camino de Santiago. ¡Que camino tan maravilloso aquel agosto del 2010, irrepetible!.

Me hice otras promesas que no vienen a cuento en este post pero lo que ayudó a darme cuenta de las dos promesas anteriores era de la importancia, de la grandísima importancia que la naturaleza cobraba en mi vida, lo mucho que la había echado de menos, y el nuevo espacio que quería darle en mi vida. Era una valor esencial con el que no había conectado lo suficiente al menos de forma consciente.

Desde entonces he procurado dar un espacio real a la naturaleza en mi vida cotidiana. Me aporta serenidad, energía y me hace sentir muy viva y agradecida por la vida que tengo.

Que la naturaleza tenga un valor tan relevante en mi vida no tiene porqué tenerlo en la tuya. Somos personas diferentes y no nos tienen que gustar las mismas cosas. Pero en ocasiones sin darte cuenta, avanzas en piloto automático y no te has parado a valorar las posibilidades de integrar la naturaleza en tu vida.

Solo te invito a que explores la naturaleza … ¿te atreves?

¡Feliz día!

Nayra