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Sentirnos triste es una condición natural del ser humano. La emoción de la tristeza es una emoción innata que nos ayuda a adaptarnos a nuestro entorno cuando sufrimos cambios vitales en nuestras vidas o pérdidas muy dolorosas de personas o de cosas. El problema se presenta cuando las estrategias que desplegamos para resolver esa nueva dificultad en nuestra vida, no son eficaces, prolongándose la situación en el tiempo y por tanto corriendo el riesgo de pasar de un estado de tristeza más o menos intenso y doloroso a un trastorno por depresión.
¿Sabías qué?
Los síntomas de depresión que manifiestan los niños y adolescentes frente a los adultos son diferentes.
Los niños pequeños menores de 6 años manifiestan más irritabilidad que tristeza y los adolescentes además de tristeza presentan variabilidad, mal humor, ira y rebeldía
Resolviendo tus dudas
¿Qué puedo hacer si mi hijo o hija lleva mucho tiempo muy triste y esto ha empezado a afectar a su vida cotidiana?
La depresión como cualquier problema emocional tiene niveles de gravedad. Por lo que no es ajustado asociar tener depresión solo con “no levantarse de la cama” o “estar todo el día llorando”. Muchas adolescentes que tienen depresión mantienen cierto nivel de actividad ya que siguen cumpliendo las clases, obligaciones de casa pero han ido abandonando de forma gradual aquellas actividades que le despertaban interés dejando de lado sus aficiones bien saliendo menos con los amigos.
Si crees que tu hijo o hija necesita ayuda, coméntaselo y si lo ves receptivo, una manera de poder ayudarle es hacer la búsqueda del psicólogo juntos. Si tu hijo o hija tiene una depresión hacer esta labor puede representarle un gran esfuerzo. Sugiérele que acuda al menos a una primera sesión, sin expectativas de más tiempo, animarle para que dé el primer paso que en esos casos ya es mucho.
¿Si hago terapia mis padres se van a enterar de todo lo que cuento?
No es necesario que tus padres sean conocedores de todos los detalles que compartes conmigo en terapia, solo aquellos que son relativos a la comprensión del problema de forma general y que previamente tú y yo consensuaremos. La confidencialidad está garantizada. Solo hay una excepción por la que la confidencialidad se puede romper, siempre debidamente informado y consensuado con antelación y es en caso que tu vida corra peligro. En estos casos donde el sufrimiento es tan intenso es importante contar con toda la ayuda del entorno que sea posible.
De igual modo, si padres o familiar comparten información en alguna sesión queda debidamente protegida. Si como profesional valoro que es relevante para poder trabajar en la terapia, solicitaré previamente permiso para poder ser compartida.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo o hija que ya tiene diagnosticada una depresión?
Te invito a que tengas en cuenta estos aspectos:
- Reconoce sus pequeños avances y díselo. Por muy pequeños e insignificantes que te parezcan sus avances, saca la lupa de aumento, y reconóceselo. Házselo saber, no lo des por hecho.
- Presta una atención controlada. Cuando una persona está deprimida demanda a través de sus conductas mucha atención. Es posible que estés tentado a atender en todo momento esas situaciones. Pero por el contrario es contraproducente. Así es que en cuanto esas situaciones se produzcan, no las alimentes, sencillamente deja que pasen, y cuando finalicen intenta cambiar el foco de atención a otra cosa.
- Participa en sus actividades agradables. Ya sabes que las actividades agradables son esenciales así es que puedes tratar de proponer alguna actividad y acompañarle, con naturalidad. Insiste pero no fuerces la situación
¿Hacer terapia cognitiva me va a cambiar de personalidad de mi hijo o hija?
De ningún modo, hacer ningún tipo de terapia cognitiva sea para afrontar la depresión sea para afrontar otros problemas emocionales harán cambiar tu personalidad.
- No pretende cambiar todos tus pensamientos. Solo y exclusivamente aquel o aquellos que te hacen sufrir innecesariamente y que están directamente relacionados con tu depresión.
- No pretende transformar un pensamiento en positivo. Hay circunstancias de la vida que dolorosas, complicadas, difíciles por definición. Como por ejemplo una ruptura de pareja. El objetivo es ajustar un pensamiento poco saludable como “sin él no podré vivir” que implica una emoción de tristeza desgarradora a otro pensamiento alternativo más ajustado a la realidad “me costará vivir sin él pero con el tiempo es probable que lo consiga”.
- No pretende que no pienses en eso que te hace sufrir. No puedes dejar de pensar, eso es imposible, pero lo que sí que puedes hacer con algo de trabajo y esfuerzo es aprender a ver las cosas de otra manera.
¿Es recomendable dar antidepresivos a mi hijo o hija adolescente si tiene depresión?
No. Está científicamente demostrado que la terapia cognitiva conductual para el problema emocional de depresión en adolescentes es el tratamiento más eficaz y con mejores resultados.
¿Dónde puedo acudir si mi hijo o hija me habla de suicidio o de la muerte?.
- Llama a tu psicólogo: si tu familiar ya dispone de ayuda profesional y ya tenéis un plan de seguridad elaborado, sigue los pasos que te hayan indicado. En caso de no tenerlo, ponte en contacto con él o ella e informa de la situación. Os ayudará a manejar la situación tan angustiosa por la que estáis pasando. Trabajar en equipo es la mejor manera de poder afrontar este momento tan difícil.
- Servicios de urgencias de tu hospital de referencia de tu localidad: en los servicios de urgencias existen profesionales que están acostumbrados a manejar situaciones extremas, si tienes dudas, acude con tu familiar.
- Teléfono de la Esperanza: es una ong que además de otros servicios, tienen una atención telefónica de 24 horas al día que pueden ofrecerte apoyo y orientación en esos momentos de confusión. El teléfono es 717.03.717, y aquí dispones el enlace a la página web
- Teléfono de emergencias 112: ante situaciones delicadas y dependiendo de la gravedad pueden enviar efectivos para ayudar a gestionar la situación ¡no lo dudes, llama! Pincha aquí.
- Busca un profesional de la salud mental: bien sea un psicólogo bien un psiquiatra que te ayude. Tienes dos vías para poder acceder a ellos. Tienes la opción de la Seguridad Social, en tal caso ponte en contacto con tu médico de cabecera para que pueda derivarte a la unidad de psiquiatría y hacerte una evaluación y ponerte en tratamiento. Desgraciadamente los recursos destinados a la salud mental pública son escasos así es que los tiempos de espera y la frecuencia de las sesiones en terapia son muy largos. ¡Hacen lo que pueden!.
La segunda opción es optar por los servicios privados de un psicólogo o psiquiatra. Si conoces a alguien que ya utiliza este tipo de servicios y está contento, podría ser un buen comienzo. En caso que no conozcas a nadie puedes ponerte en contacto con el Colegio Oficial de Psicólogos de tu comunidad autónoma y ellos te pueden proporcionar un listado de profesionales que están colegiados y de esta manera garantizarte que el profesional de ayuda cumple como mínimo con los requisitos profesionales y legales. Si vives en la Comunidad Valenciana este es el teléfono de contacto 96.392.25.95 y su página web.
