7 mitos sobre el suicidio
Como bien te comenté la semana pasada, el día 10 de septiembre se celebró el Día Mundial de Prevención contra el Suicidio promovido por la Organización Mundial de la Salud con el objetivo de sensibilizar para eliminar las barreras del tabú alrededor del suicidio y el estigma que recaen en las personas que se suicidan o lo intentan y en sus familias.
Con el objetivo de contribuir con un granito de arena, el lunes 5 publiqué un artículo “El suicidio en cifras” para poner de relieve las cifras mundiales y nacionales y así tomar conciencia de la dimensión de esa cruda realidad.
Esta semana quiero seguir ahondando en el suicidio y acercarte en primer lugar los mitos y creencias que existen a su alrededor; en segundo lugar el tabú y estigma que persigue al suicidio, y por último lugar el sentir de los familiares.
7 Mitos sobre el suicidio
Vivimos en una cultura donde la muerte está rodeada de un velo “negro” y de la que se habla poco y mal. Así es que eso contribuye a que ciertos mitos o creencias se propaguen y se instalen como “verdades absolutas” sin cuestionarte que hay de cierto o no en ello.
Precisamente este es uno de los objetivo de este artículo, tratar de reconocer que hay de cierto en la información que gira alrededor del suicidio y así derribar alguna barrera entorno al tabú y al estigma que persiguen al suicidio.
Farberow y Scheneidman (1969) recogen 7 mitos o creencias sobre el suicidio que contraponen con hechos contrastados:
- La gente que habla de suicidarse no se suicida = FALSO. Debes de tomarte realmente en serio las intenciones de suicidio que una persona expresa, ya que los hechos dicen que 8 de cada 10 personas que se suicidan han comentado previamente sus intenciones =VERDADERO.
- El suicidio ocurre sin previo aviso=FALSO. Según los estudios, en la mayoría de los casos existen indicios previos de las intenciones de suicidio. Ignorarlas NO va hacer que la probabilidad de suicidio desaparezca. NO mires para otro lado, y si no sabes que hacer, ¡busca ayuda! La próxima semana te proporcionaré algunos recursos donde puedes apoyarte en caso necesario. = VERDADERO.
- El suicida tiene completamente claro que quiere morir=FALSO. En el post de la semana pasado ya te comentaba sobre la ambivalencia de los suicidas, no tienen claro si vivir o morir. En muchos casos dejan cartas pidiendo ayuda o indicios más o menos difíciles de descifrar pidiendo ayuda=VERDADERO.
- Una persona que se intenta suicidar lo intentará en el futuro hasta que lo consiga=FALSO. Muchas personas que han intentando suicidarse, tras el intento frustrado tienen deseos de vivir.=VERDADERO.
- La mejora que experimenta una persona tras una terapia de depresión elimina el riesgo de suicidio=FALSO. Muchos suicidios se producen en los dos meses siguientes a la mejoría ya que la persona encuentra energía suficiente para llevar a cabo el suicidio =VERDADERO.
- Todos los suicidas son enfermos mentales y el suicidio es un acto de personas psicóticas=FALSO. No necesariamente la persona tiene que sufrir un trastorno mental, eso es un factor de riesgo pero existen otros, como bien te comentaba en el artículo de la semana pasado “El suicidio en cifras”=VERDADERO.
- Hablar de suicidio incrementa la probabilidad de intento=FALSO. Hablar de lo que angustia a la persona que tiene intenciones suicidas le puede ayudar a sentirse atendido y comprendido, y retrasar la toma de decisiones =VERDADERO.
Sostener este tipo de mitos o creencias contribuyen a alimentar el estigma y el tabú entorno al suicidio. Tú también puedes aportar tu granito de arena… ¡empieza con un reflexión!
El estigma del suicidio
En breve, el día 10 de Octubre de 2016, la Organización Mundial de la Salud celebra el Día Mundial de la Salud Mental con el objetivo de proteger los derechos y dignidad de las personas que sufren trastornos mentales.
Por desgracia, vivimos en una sociedad donde los trastornos mentales sufren de un estigma, no son aceptados ni aprobados por la sociedad. Las personas en general deseamos, nos gusta sentirnos mayormente aceptados. Así es que si contravenimos alguna “norma cultural” evitamos hablar de ello, sentimos vergüenza y tememos en mayor o menor medida a sentirnos juzgados por los demás, ¿verdad?
Precisamente en el artículo del año pasado, “Problemas de salud mental: “ellos” no son diferentes” te acercaba la estigmatización de los problemas de salud mental. ¡Espero que te guste!
Volviendo al tema importante, si la muerte de un familiar, esperada o no, siempre es dolorosa y difícil de encajar, cuando esta muerte llega de la mano de un suicidio, todo se vuelve más complicado, ya que además del dolor propio de la pérdida de un ser querido, tienen que hacer frente al estigma que rodea al suicidio, y a las enormes dificultades que existen para hablar de la muerte por suicidio, que en nuestra sociedad es un tema tabú.
El #estigma del #suicidio:si escondes un problema, NO hay manera de solucionarlo #tabu Clic para tuitear.
Así es que si se habla y se escribe sobre el suicidio, se reivindican días mundiales, la sociedad tomará conciencia, aprenderá a aceptarlo y en consecuencia se destinarán más recursos para prevenirlo. ¿No crees que es útil? Yo si lo creo.
Te dejo este interesante reportaje «El gran tabú» publicado en el Pais Semanal sobre el tabú en el suicidio. Si quieres seguir leyendo sobre otros aspectos del suicidio, la próxima semana escribiré un post sobre la prevención del suicidio. ¡Te avisaré!
¿Cómo se sienten los familiares ante un suicidio?
En el artículo de la semana pasada te decía que la persona que se suicida o lo intenta experimenta un dolor emocional enorme, un sufrimiento atroz que le conducen a una única salida como solución a tal angustia, el suicidio. Pero ¿y cómo se sienten los familiares? ¿Lo has pensando alguna vez? Siempre hablo de forma general así es que en ningún caso puedo afirmar que estarán presentes todas las emociones que a continuación te cito, dependerá de cómo cada uno interprete sus circunstancias:
- La emoción de la vergüenza: por sufrir el juicio de los demás. Y pueden pensar:“¿qué pensarán los demás…?”.
- La emoción del enfado: la dificultad de comprender y aceptar un hecho tan doloroso puede enfadarte y sentir que “te han abandonado”. Y pueden pensar: “¿cómo me has hecho esto?”.
- La emoción de la culpa: ante un hecho tan dramático, quizás puedas pensar que podías haber hecho algo para haberlo evitado. Y pueden pensar: “¿cómo no me di cuenta”?.
- La emoción de la tristeza: propia del duelo que experimenta todo el mundo ante la pérdida de un ser querido.
Al igual que la semana pasada te dejo un vídeo muy interesante donde los protagonistas son personas que han intentado suicidarse y el testimonio de familiares. Sus palabras y no las mías son las que te ayudarán sino a entender a empatizar mejor con su sufrimiento. Te animo a que lo veas.
Entiendo que hablar, leer, opinar o compartir sobre el suicidio no es un tema muy refrescante. Pero si yo como profesional de la salud aspiro a que algún día el tabú y el estigma que persiguen a los trastornos mentales o al suicidio desaparezcan, tendré que contribuir humildemente al debate, a la reflexión a la lectura para que entre todos podamos cuestionarnos y rescatar al suicidio del ostracismo. Empecemos a dar un primer paso “solo” leyendo este u otros artículos, NO evitando saber más sobre el suicidio. ¿Te atreves?