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La fobia social es un miedo persistente ante una situación social o interacción en público, en que la persona se ve expuesta a la observación y/o evaluación de los demás que anticipa con un resultado negativo, bien interpretando su actuación de forma ridícula, embarazosa o humillante, bien temiendo que sus propios síntomas de ansiedad como el rubor facial o el temblor, sean percibidos por los demás.
Una persona tímida puede sentirse ciertamente incómoda en determinadas situaciones sociales, pero acude y después de cierto tiempo transcurrido logra habituarse a la situación. En cambio, la persona que sufre fobia social tiene su vida personal y de estudios gravemente limitada. O bien evita las situaciones sociales que le producen ese miedo desproporcionado, o bien acuden cuando no encuentran otra alternativa, y focalizan toda su atención y preocupación en que no se note su elevado nivel de ansiedad, revisando mentalmente su actuación y no logrando disfrutar del encuentro social.
¿Hacer terapia cognitiva me va a cambiar de personalidad?
De ningún modo, hacer terapia cognitiva para afrontar problemas emocionales hará cambiar tu personalidad.
Es necesario que como padre o madre acuda a terapia con mi hijo o hija?
Si, es importante la colaboración de algún familiar, sobre todo si convive en casa. Convivir con el problema emocional de un familiar puede generar mucha tensión o desgaste en las relaciones de pareja o familiares por lo que es importante poderle explicar en consulta en qué consiste el problema y sobre todo por qué se mantiene para que puedan entender que su familiar necesita aprender herramientas nuevas para solucionar las dificultades emocionales y que nada tiene que ver con “falta de fuerza de voluntad” u otros motivos. Dependiendo de la problemática y de la gravedad en ocasiones ayudará en la terapia ejerciendo el rol de “co-terapeuta” que implicará enseñarle las nuevas herramientas y ayudar en su aplicación en la vida cotidiana.