5 factores que influyen en nuestra alimentación
Entre la alimentación y las emociones se produce una relación compleja. Se establece una asociación bidireccional en la que en algunos momentos es difícil establecer cuál es la causa y cuál es la consecuencia. Con frecuencia nos preguntamos por qué nos apetecen determinados alimentos en determinados momentos y en función de cómo nos encontramos. Se considera al intestino como nuestro segundo cerebro, dado que los alimentos que consumimos pueden tener su causa en las emociones y de forma similar nuestra alimentación puede condicionar nuestro estado de ánimo y nuestro estado emocional.
La conducta y los hábitos alimentarios, ¿cómo nos relacionamos con los alimentos?
La conducta es la forma de comportarse una persona y, por tanto, la conducta alimentaria es la forma que tenemos de comportarnos o relacionarnos con la comida. La alimentación tiene una significación individual en la que influyen los recuerdos, experiencias, sentimientos, necesidades y emociones. No sólo nos alimentamos para satisfacer la sensación de hambre, sino que detrás del acto de alimentarnos hay una serie de asociaciones fisiológicas, psicológicas y socioculturales.
Por ejemplo, asociamos determinadas elaboraciones a determinadas épocas del año como ocurre en las fechas navideñas o determinadas comidas a personas queridas como las recetas de nuestras abuelas.
Nuestra conducta alimentaria está constituida por una serie de hábitos alimentarios que son comportamientos adquiridos que repetidos en el tiempo terminan constituyendo nuestra forma de alimentarnos. Para ello es necesario que estos hábitos nos reporten sensaciones agradables, sean aceptados por nuestras normas socioculturales y se encuentren de acuerdo con nuestro estilo de vida.
Generalmente adquirimos nuestros hábitos alimentarios en la infancia, en nuestro hogar, muy influenciados por los gustos y costumbres de nuestros padres. Es muy frecuente encontrar alimentos o elaboraciones que nunca se nos han ofrecido si a alguno de nuestros progenitores no les resultaba agradable o apetitoso. Posteriormente estos hábitos se van desarrollando en la sociedad en la que vivimos al relacionarnos con otras personas con hábitos y costumbres diferentes a las nuestras, de los cuáles incorporamos variaciones y cambios.
¿Influyen nuestras emociones en la forma de alimentarnos?
Nuestro estado de ánimo puede ser decisivo en la elección de los alimentos que consumimos de forma diaria. A su vez, también pueden influir las características nutricionales de ciertos alimentos en nuestros sentimientos y emociones.
5 Factores que influyen en nuestra alimentación
- La emoción de la tristeza, o aburrimiento: diferentes estudios afirman que tanto el estrés como la tristeza, la ansiedad o el aburrimiento influyen de forma diferente en la manera de relacionarnos con la comida. En ocasiones incrementando la ingesta como en el caso del aburrimiento y en otras disminuyéndola como en situaciones de tristeza. En algunas situaciones somos conscientes de estas asociaciones y en otras lo hacemos de forma inconsciente. Resulta difícil establecer de forma clara cómo es la relación entre la emoción y la ingesta, cuál es la causa y cuál es la consecuencia.
También encontramos diferencias en las actitudes que mostramos de forma diaria en nuestra vida cotidiana ante el acto de comer, por ejemplo nuestros sentimientos son diferentes antes y después de comer, los cuáles se ven influenciados por el nivel de apetito que presentemos. Normalmente si aparece el hambre y tardamos en darle respuesta nos encontramos inquietos y nerviosos y, tras saciar el hambre, solemos encontrarnos tranquilos y relajados.
2. El placer o sentimiento de culpa: en muchas ocasiones se dice que comemos por placer. En este caso a la alimentación no se le atribuye únicamente la función nutritiva sino que también se le atribuye la sensación placentera y desestresante. Se relaciona este placer con los alimentos que tomamos, las personas que nos rodean, el momento del día, los recuerdos que nos evocan, el entorno en el que nos encontramos… Todas estas sensaciones hacen que se establezca una retroalimentación entre los alimentos consumidos y las emociones sentidas.
En determinados momentos vamos en busca de comida para sentirnos mejor y obtener sensaciones agradables. Ello se puede justificar debido a que en la composición de ciertos alimentos como chocolate o plátano encontramos triptófano, un aminoácido esencial que estimula la liberación de serotonina, la cual nos aporta tranquilidad, relax y esa sensación placentera que buscábamos.
3.La emoción de la rabia, ansiedad, irritabilidad o vergüenza: estas emociones pueden aparecer tras consumir alimentos que consideramos poco saludables, muy calóricos o que no forman parte de nuestra rutina habitual de alimentación. En ocasiones estas situaciones aparecen muy relacionadas con el estrés que afecta tanto a nuestra salud de forma directa como a los comportamientos que presentamos en nuestra conducta alimentaria. Diferentes estudios muestran respuestas diversas en los individuos sometidos a estrés con respecto a su forma de alimentarse, pudiendo aumentarse o disminuirse su apetito y, por tanto, su ingesta.
Personas sometidas a niveles elevados de estrés pueden responder a esta situación incrementando la ingesta o el consumo de alimentos altamente calóricos y poco saludables con el consiguiente riesgo de presentar problemas de sobrepeso u obesidad e incluso, trastornos del comportamiento alimentario como bulimia, si tras estas ingestas se llevan a cabo mecanismos compensatorios peligrosos para el organismo. En cambio, también podemos encontrarnos con personas que responden con lo que se suele expresar como “no tengo hambre, se me ha cerrado el estómago”, en esta situación las posibles consecuencias negativas dependerán principalmente del tiempo en que la persona se encuentre inapetente y con una ingesta insuficiente.
Si tenéis la oportunidad, no dejéis de ver el vídeo adjunto, la psicóloga Patricia Ramírez
5. La influencia de la industria alimentaria: otra aportación interesante a nuestra forma de alimentarnos la proporciona la industria alimentaria con el uso de aditivos como potenciadores del sabor por un lado y por otro con importantes inversiones en publicidad que en ocasiones condicionan el sentimiento que vamos a experimentar tras la ingesta de un determinado alimento.
Es muy frecuente ver como se asocia el consumo de chocolate con sensación de relax o desconexión en los anuncios publicitarios. También es muy sorprendente, al revisar las etiquetas nutricionales de los alimentos que consumimos de forma habitual, encontrarnos con un número muy elevado de componentes como estabilizadores, colorantes, edulcorantes, entre otros, que condicionan de forma indirecta nuestra forma de comer al producirnos determinadas sensaciones.
¿Por qué es importante una alimentación saludable?
Es fundamental establecer una base de hábitos alimentarios saludables que se consolide con el paso del tiempo y que nos ayude a mantener un esquema de alimentación que cubra nuestras necesidades energéticas y que nos reporte salud y bienestar tanto físico como emocional.
Durante años se habla de la importancia de una alimentación saludable, la cual es de vital importancia que se incorpore en la infancia para establecer unos cimientos sólidos en cuanto al tipo de alimentación que vamos a seguir a lo largo de nuestra vida y que va estar relacionada de forma muy directa con nuestro de salud.
A pesar de toda la información que recibimos en los diferentes medios es difícil establecer cómo debe ser esta alimentación que debe reunir una serie de características para que sea aceptada y mantenida en el tiempo.
No busques una dieta sino un cambio de hábitos saludables mantenido en el tiempo Clic para tuitear7 Características de una alimentación saludable
A continuación te presento las características que definen una alimentación saludable:
- Debe contener todos los nutrientes necesarios para el desarrollo óptimo del organismo en las cantidades adecuadas.
- Equilibrada y armónica en cuanto a las proporciones de los diferentes grupos de alimentos.
- Amplia variedad de alimentos, principalmente frescos y de origen vegetal.
- Debe cubrir las necesidades energéticas, en función de las diferentes etapas vitales y de las circunstancias.
- Agradable y placentera para los sentidos.
- Se debe adaptar a las características individuales (situación fisiológica y/o fisiopatológica), sociales, culturales y del entorno del individuo.
- Debe ser asequible desde el punto de vista económico para el individuo.
Es importante que seamos capaces de seguir una alimentación variada, equilibrada y saludable que nos proporciones sensación de bienestar, que cubra nuestras necesidades energéticas y emocionales y que nos mantenga en condiciones óptimas para el desarrollo de nuestra
El Rincón del Colaborador del Mundo de Nayra
Tengo el grandísimo placer de contar en esta ocasión con la colaboración de Almudena Vecina, responsable de este estupendo artículo. Te dejo que ella se presente.
Me llamo Almudena, y soy diplomada en Enfermería y Nutrición Humana y Dietética. Tras años de experiencia profesional en el ámbito hospitalario, decidí desarrollar mi proyecto profesional en una consulta privada, ubicada en la ciudad de Valencia. Como profesional de la nutrición, destaco la importancia de establecer unas adecuadas bases alimentarias para el completo desarrollo de la persona a nivel biológico, psicológico y social.
Si quieres realizarme alguna consulta puedes localizarme bien en el coorreo electrónico: almudenavecina@hotmail.com, bien en mi móvil 667.37.81.48 o bien en la consulta en la calle/ Papa Alejandro VI, 10 bajo en la ciudad de Valencia.